...Fui acercándome con renovadas ilusiones y… las esperanzas se derrumbaron…
Me encontraba delante de una nave industrial de tamaño considerable cuando observé a un grupo de unas 20 personas tomando cafés en la puerta del almacén. La escena me llamó la atención y decidí investigar y acercarme sigilosamente. Los hombres del grupo llevaban traje con americana y corbata – Por dios que no sean comerciales- pensé en mi fuero interno, pero mis sospechas se confirmaron al oír a una señora hablando por teléfono y diciendo que estaban en el descanso del curso. Con eso ya pude atar cabos antes de siquiera pisar la recepción, mi primer impulso hubiese sido salir corriendo de allí (desafortunadamente estaba ya dentro de aquel círculo humano y no podía escabullirme sin más). Y siendo sincera, había recorrido una larga carrera de obstáculos para encontrar aquel dichoso sitio así que lo mínimo era ver que podían ofrecer.
Entré en la recepción y le dije a una chica con cara de pocos amigos que practica mente ni me miró que venía para la entrevista. Hizo un leve gesto con la cabeza y estuve sentada allí más de 20 minutos sin la menor presencia de mi entrevistador. Al fin, un hombre de mediana edad con un traje negro, mucha gomina y una sonrisa tan falsa como sus zapatos de serpiente (que por cierto chaval hace ya un siglo que pasaron de moda), me preguntó con su también falsa amabilidad si me habían atendido. Ese individuo no me dio buena espina porque me miraba «demasiado» y me hacía sentir incómoda. Me limité a decirle que aún esperaba para el tema de la entrevista y me contestó que él se ocupaba de llamar al responsable, no sin antes dedicarme otra de sus miraditas perversas.
En dos minutos bajó otro personaje trajeado y me hizo pasar a una sala llena de otras inocentes como yo. Nos entregó un formulario para rellenar con los típicos datos personales, académicos, etc. Maldita sea, como odio esos formularios, ¿para qué narices nos hacen rellenar algo que ya tienen de antemano en el currículum? Supongo que les gusta que perdamos el tiempo o creerse más importantes. Cuando llegó mi turno, el señor en cuestión me explicó en que consistía el empleo, el irrisorio sueldo que violaba los perdidos derechos del trabajador y los turnos que podía elegir. Yo hasta ese momento aún conservaba la esperanza de que no se tratase de otra estafa comercial, donde debías vender un producto innecesario a tus víctimas, tu salario se basaba en las comisiones y en efecto, si no vendías, te mandaban a la puñetera calle. Otra vez, gracias a mi «buena» suerte así fue, otro trabajo de comercial con contrato mercantil que olía a estafa.
Llegó mi turno de hablar y sabía perfecta mente lo que tenía que hacer. Respondí a sus preguntas de la peor manera que pude, tanto en las formas como en el contenido para asegurarme que esa gentuza (con perdón) no volvería a llamarme.
Eso sí, los entrevistadores diplomáticos y políticamente correctos se saben su teatro de memoria y el mio no fue una excepción, así que se despidió con un apretón de manos y soltando la típica frase de:
“Ya te llamaremos»
(Ahora puedo decir con toda certeza que esa frase entrara en el topten de las frases odiadas).
bien, bien, ahora toca poner tu aventura en el inem y cecot xD
jaja sí!!ya pronto escribiré cuando tengamos ratos libres en el curso,adelanto que estoy un poco ocupada durante 8 días con esto.
Pues en mi país, México, me tocó vivir una estafa similar en una ocasión, en el periódico de mi localidad al estar checando una vez la sección de empleos vi varios anuncios que me llamaron la atención, la tematica era comun,en los cuales tenias que hacer trabajo 100% de oficina, por medio tiempo de lunes a viernes y con unsalario mas o menos decente, decidí acudir a uno de ellos y estábamos esperando turno varios inocentes con ganas de trabajar, nos dijeron que teniamos que acudir a un curso que duraría una semana, acudimos esperanzadoramente a todo el curso y resulta que teniamos que dar cierta cantidad de dinero para que nos dieran el empleo, vaya cosas, si se supone que buscas empleo por necesidad económica y ellos te piden dinero, bueno pues los mandamos a volar bien lejos, y no pudimos hacer nada ya que estas son empresas fantasma sin registro y por lo tanto sus actividades no son penadas por la ley y hasta la fecha siguen reclutando ingenuos.
En una de estas empresas varios chicos que conozco entraron con el mismo cuento y los tenian vendiendo perfumes casa por casa y les pagaban por comisión y los tenian dando vueltas y vueltas y nunca les pagaban, a otro de mis amigos le dijeron que le prestaban el dinero que les pedian para el empleo, le dieron un papel en blanco para firmar y el por sentido común se dió cuenta de la estafa y no aceptó firmar y salió de ahi.
En una empresa fantasma que descubrím en los anuncios de empleo en el periódico, te decian que podias trabajar en tu casa haciendo productos artesanales y te pagaban según producción, pero descubrí que nunca pagan, sino que con el pretexto de que arruinaste la mercancia al no hecer el producto según sus normas, te cobran todo.
Empresas fantasma como estas abundan, asi que no eres la unica.