Su número ha caído conforme Europa se lamía las heridas de la crisis, pero si los jóvenes que ni estudian ni trabajan en la Unión Europea conformaran un país, todavía sería el noveno más poblado del club comunitario, justo por detrás de Holanda. Alrededor de 15 millones de ciudadanos de entre 20 y 34 años —uno de cada seis— aparecen este jueves incluidos en la categoría de los denominados ninis por la agencia estadística comunitaria, un descenso desde el 20,1% de 2013 —su pico más alto— al 16,5% de 2018. El desglose de las cifras muestra sin embargo la persistencia de una importante brecha de género. «Hay una notable diferencia entre la tasa de jóvenes mujeres y la de hombres», advierte Eurostat. Concretamente, sus datos reflejan que el 12,2% de ellos no estaba inmerso en ningún programa de formación ni tenía empleo remunerado, frente al 20,9% de ellas, casi el doble, si bien en la estadística se incluye también a las mujeres que realizan labores domésticas sin retribuir.
